Una opción perfecta para ti si eres de aquellos a los que les preocupa el medioambiente y estás dispuesto a pagar un poco más para respetarlo en tu vestimenta. En resumidas cuentas: cada vez que alguien compra una camiseta, al fabricante le quedan 17 euros, al vendedor en torno a 30 y al club en torno a cinco, con la salvedad de que los equipos, además, firman contratos millonarios con los fabricantes por vestirles.