El control accionarial del club queda en manos de la Fundación Valencia CF con el 72% de acciones al comprar (gracias a un préstamo de Bancaja avalado por el gobierno valenciano) todas las acciones no vendidas al público. Se aseguró que habría una segunda fase de venta de acciones para democratizar el club pero nunca llegó a realizarse. El diseño era una mezcla de colores sin coherencia cromática que combinaba distintas formas sin un patrón claro.