Bastaría con un seleccionador que les haga unirse y motivarse. Aunque no les sirviera para nada, les trajo suerte la camiseta. En 2011 se llevó la victoria en esta última competición, jugada en el mes de junio, y para la Copa América, que se jugaba en julio enviaron a los sub-22; el resultado fue desastroso. Ahora que la Copa América y la Copa de Oro de la CONCACAF se disputan en el mismo año México lo tiene más difícil.