Por considerar que en justicia el maillot amarillo no era suyo, Eddy Merckx (que iba a más de 7 minutos de Ocaña en la general) se negó a enfundarse la distinción del líder. Entre los casos más dramáticos se recuerda el de Luis Ocaña en 1971, cuando sufrió una espectacular caída bajo la tormenta en el descenso del col de Menté. Ya en 1966 estaba en la cúspide del negocio de las equipaciones de fútbol, puesto que de las 16 selecciones que participaron en aquel Mundial, 15 llevaron ropa Umbro.