La Ordenanza de Venta Ambulante considera una falta grave «instalar puestos sin autorización municipal» y prevé una multa de 150,26 a 1.202,02 euros (graduable en función del beneficio obtenido por el vendedor y el grado de intencionalidad). En caso de ser mercancía falsificada, la ordenanza prevé su decomiso y destrucción. Su estampado forma una letra M para simbolizar el nombre de la ciudad que representan, dotándole a la prenda de mucha energía.