De esta forma evita herir sensibilidades, se acerca a ese público objetivo que no sigue la Liga, pero colecciona más zapatillas que Vinicius y combina la estética blokecore (la tendencia que suponer vestir como hincha) y la camiseta souvenir. Lejos de quedarse satisfechos con el primer equipamiento oficial, las marcas deportivas van más allá y reproducen los segundos y hasta terceros uniformes para satisfacer cualquier demanda por exclusiva que sea.